Por Lic. SIOMARA GAUNA
Hace 17 años atrás escribí una investigación para culminar mi profesorado en Psicología. En estos días, ordenando mi biblioteca encontré el texto y comencé a leerlo. Rápidamente pensé en lo vigente que estaba hoy el análisis que había hecho para lo que observo con mucha frecuencia en las consultas terapéuticas… Así se gestó Camino hacia el amor.
Articulando la religiosidad con la teoría de Melanie Klein.
En primer lugar voy hablarte del escrito disparador de este artículo.
«Las fantasías inconscientes que operan en las diferentes posturas religiosas» es una investigación que realicé en el año 2006 para una cátedra llamada Metodología de la Investigación Psicológica. En ella articulé el fenómeno de la religiosidad de la religión Católica Apostólica Romana y la teoría de Melanie Klein, una psicoanalista inglesa.
Melanie y su teoría sobre el vínculo madre e hijo
Klein desarrollo su investigación en torno a la diada madre-hijo en las etapas más tempranas de la infancia. Su apreciaciones se fundaban en la observación y en lo que a partir de lo observado ella escribía. Fue muy cuestionada por sus pares puesto que sus estudios podían ser constatados ya que su atención estaba puesta en bebés desde su nacimiento hasta aproximadamente los 6 meses. De allí que se acusara a su teoría de quedar en el orden de lo imaginario.
Brevemente explicaré que M. Klein enunció que durante los 3 a 4 primeros meses, el bebé experimenta una serie de experiencias que estableció con el nombre de «Posición esquizo-paranoide» y a partir de ese momento se iniciaría hasta alrededor de los 6 meses la siguiente etapa llamada «Posición Depresiva».
Posición Esquizo-paranoide
Entre los 0 a 3 o 4 meses el niño vivencia experiencias muy intensas con su madre, la cual es su mundo. Al punto de no sentir que ella y el son sujetos diferentes. Lo más significativo de esta relación se produce a través de una parte de la madre: sus pechos. Estos dan alimento, producen un contacto estrecho, amoroso, y dan más fuerza a la ilusión de completitud mientras dura el amamantamiento. En ese instante la teta es perfecta, diremos es «buena»
Pero la madre además de ejercer su rol materno oficia otras funciones que le demandan tiempo, ya sea cocinar, bañarse, trabajar, estar con su pareja, con otros hijos si los hubiera, descansar, recrearse, etc. Durante el tiempo que el bebe solicita el pecho y la madre no acude a ofrecerlo, este comienza experimentar sensaciones de desamparo, dolor, abandono, desamor, que lo enojan y angustian. Mientras el bebé se halle bajo estas circunstancias ese pecho, será percibido como «malo».
Conceptos importantes de la posición esquizo-paranoide
En esta etapa están presentes mecanismos que la autora describe como:
Objeto ideal: pecho bueno. Representa el pecho demandado, que protege con su calor y su alimento y que es succionado con voracidad.
Objeto malo: pecho malo. Remite al pecho que no acude a cumplir la demanda, que deja insatisfecho, que frustra, que abandona.
Proyección: de aspectos bondadosos sobre el objeto ideal y de aspectos hostiles en el objeto malo.
Negación: de aspectos bondadosos en el objeto malo y de aspectos hostiles en el objeto bueno
Es decir que el bebe vive su vinculo con el pecho materno como si se tratara de dos personas distintas que lo amamantan pero en realidad son dos versiones de una misma madre. De allí la idea de esquizo, «divido» y paranoide por el las vivencias de frustración, dolo y abandono que experimenta el bebé.
Ambas posiciones son parciales porque solo pueden mirar una versión de la madre. Mientras una exista, la otra queda anulada.
Posición Depresiva
Luego de recorrer la primera etapa el bebé es capaz de integrar en su madre ambos pechos, el ideal y el malo. Esto le provoca angustia, puesto es capaz de de percibir que ha hecho daño al pecho fantaseando con aniquilarlo cuando este no saciaba sus necesidades. De allí surge culpa y de esta la reparación. De esto deriva su denominación: posición depresiva.
A partir de ahora la madre es buena y mala a la vez. Es decir que mientras ella lo amamanta, puede recordar que en otro momento lo dejó llorando y conectar con el malestar que esto le producía. Del mismo modo, cuando la madre no lo satisface puede, en medio del dolor conectar con las experiencias de amor, protección, cuidado que tuvo de parte de ella.
Este fenómeno de poder amar y odiar al mismo tiempo a la madre se denomina ambivalencia. En otras palabras el bebe deja de utilizar mecanismo idealizadores o peyorativos para unificar su objeto (la madre). Esto es realmente importante para lo que será luego su camino hacia el amor.
Conceptos importantes de la posición depresiva
Integración: unificación de las vos versiones de madre que hasta ese momento estaban presentes
Culpa: malestar y angustia por darse cuenta que intento lastimar a la madre que tanto ama (esto es a nivel de las fantasías cuando esta lo dejaba esperando, y no venía a cubrir sus necesidades)
Reparación: frente al sentimiento de culpabilidad se estimulan mecanismos reparatorios para aliviar la tensión
Hasta aquí intente de manera breve y clara compartirles el pensamiento kleniano para poder expresar con mayor claridad mis reflexiones sobre el camino que transitamos hacia el amor.
El fenómeno religioso
Cuando realice mi investigación articulé lo que acabo de compartirles con el fenómeno religioso.
Las principales conclusiones fueron:
- Las fantasías inconscientes influyen notablemente en la adopción de un posicionamiento frente a la religiosidad.
- Dentro de la posición esquizo-paranoide se ubican los religiosos que conciben al Dios como un objeto ideal, «muy bueno» que los ama y protege. Y los contra religiosos perciben a Dios como un «objeto malo», los cuestionan todo el tiempo y descalifican.
- En la posición depresiva están los ambivalentes, su concepción de Dios es una forma intermedia que reconoce los aspectos bondadosos y también es capaz de criticarlo.
- Consideramos la posiciones esquizo-paranoides infantiles pues el objeto está desfigurado, lo ven de forma parcial
- En cambio la posición depresiva es más madura, pues el objeto está integrado es decir se percibe en condiciones semejantes a las reales.
Conflictos de pareja – tema recurrente en las sesiones para transitar el camino hacia el amor
Al revisar este material, comencé a pensar en la cantidad de situaciones en las que los pacientes se refieren a sus vínculos de pareja en términos de las posiciones esquizoparanoide. Es decir, que solo pueden ser capaces de ver una parte de la personalidad de su par, y la parte observada va a estar en correspondencia con el tipo de objeto con el que se está relacionando.
Si el vínculo está sostenido desde la idealización la persona será perfecta, lo que siempre se ha esperado, hace todo bien. Por el contrario, si la relación está sostenida en la desvalorización y la crítica sistemática estaremos frente a un objeto malo, que todo lo que dice y hace está mal, porque podría haberlo hecho mejor en todas las ocasiones.
Mecanismos defensivos
PROYECCIÓN
Cuando estamos en pareja, el otro es blanco de nuestras proyecciones, esto es, de las atribuciones que le adjudicamos,. Esas proyecciones pueden ser tanto expectativas, frustraciones, etapas sin resolver, necesidades insatisfechas para que el otro las resuelva. Porque nos sentimos en el derecho de exigir que el otro haga el trabajo que nosotros no queremos hacer por nosotros mismos.
Lo que proyectamos en el otro construye una persona diferente a la real, es una persona que edifico para mi, para saciar mis deseos y mis limitaciones. Pero yo creo en esa versión en dos sentidos: uno porque la construyo yo y dos por que doy crédito que el otro es aquello que veo.
Las proyecciones pueden ser positivas o negativas pero en ambos casos parten de uno sobre la otra persona. Y el otro no tiene cómo defenderse de esto, salvo si es consciente que él o ella transita el mismo proceso. Pero esto no es algo que la mayoría de los individuos tenga presente en su vinculación con los demás.
NEGACIÓN
Otro mecanismo utilizado en las parejas es la negación. Negamos todo el tiempo tanto aspectos externos: cosas que no queremos ver porque contradice nuestra teoría. O bien aspectos internos, es muy habitual que neguemos lo que pensamos y sentimos.
Negamos con frecuencia por miedo, negamos también por comodidad.
Aceptar, reconocer que las cosas no son como las vemos nos invita a curar/cambiar aspectos propios.
Por esto cuando alguien viene a confrontar con nuestra mirada parcial le aseguramos que está equivocado, le justificamos, nuestra postura al punto de evadir o descalificar si es necesario en el intento de continuar negando la realidad.
Cuando nos sentimos insatisfechos con la propia vida vamos por el mundo reprimiendo, frustrando a los demás y eso nos convierte en seres infelices y enfermos emocionales. Porque tanto aquel que solo puede ver el error en el otro como el que mira sus solo sus bondades no está viendo al otro realmente, se está viendo así mismo. En lo que no tiene, en lo que perdió, en lo que quisiera tener. Y pone al otro en el aprieto de complacerlo.
El camino hacia el amor
Cada ser humano tiene que curar su propia historia, no está escrito en ningún lado que debamos sanar la historia de las personas que nos rodean. De hecho, eso es invalidante para el accionar del otro.
Reconocer el rechazo de los aspectos que no queremos ver en el otro nos permite comenzar a curarnos y dar un paso importante hacia el amor.
Aceptar los verdaderos sentimientos que tenemos hacia nosotros mismos nos permite dejar de adjudicarlos al otro y de esa manera curarlos y dar paso al amor.
Ser conscientes, sin juicios, con respeto y con compasión cómo estamos por dentro, nos permite integrar esas partes antagónicas que viven en mi en lugar de proyectarlas en el afuera.
Al dejar de rechazarnos y comenzar a redefinirnos de una forma amorosa, reconociendo todo lo que somos, hace que dejemos de buscar afuera perfecciones o verdugos para aliviar lo que nos pasa.
Pero reconocer todo esto es un proceso, resolver lo que te toca resolver no es fácil pero tampoco es imposible.
Las relaciones idealizadas o bien las hostilizadas son relaciones infantiles, porque nos terminan sometiendo, ya sea por admirar demasiado al otro o bien, por miedo a no rebelarnos a este objeto que es concebido por nosotros como malo.
Tu pareja, tu espejo
La pareja es un espejo, un gran maestro que viene a enseñarnos cómo estamos realmente por dentro. Recuerda: «El amor suaviza el impacto de los errores».
¿Y esto cuándo se produce?
Cuando no adelantamos la hora de un exitoso amor propio, cuando somos persistentes para intentarlo las veces que sea necesario hasta que acabamos amándonos como lo merecemos. Allí se inicia el camino hacia el amor.
Cuando eso sucede los vínculos inmaduros desaparecen porque fuimos capaces de darnos cuenta del rechazo, del rencor, de la culpa. Y porque fuimos valientes y perseverantes en transformar mediante un cambio profundo esos sentimientos en amor.
Y el amor sana, el amor transforma.
Allí alcanzamos la Posición depresiva, al ser capaces de integrar nuestros aspectos bondadosos con los más desagradables.
Podemos crecer y evolucionar, sin responsabilizar al otro porque lo que pensamos, sentimos, decimos ni hacemos.
Así comenzamos a vincularnos con personas reales, integradas diremos, que poseen virtudes pero también defectos.
¿Qué es amar?
Amar es enfrentarme con la idea que estoy rota y que depende de mi repararme. Porque que esté rota no me da derecho de salir a romper a nadie y muchos responsabilizarlo por heridas que me pertenece.
Una persona sana que sea ama y se respeta entabla relaciones saludables y plenas, de lo contrario huye de esa relación porque tiene recursos.
Si estas en una relación que te está haciendo daño, huye, no es por ahí. Sana tu interior y entiende que mereces vivir en el amor no en la ilusión ni en la idealización, tampoco en el temor y ni en la hostilidad.
Cuando descubras que el otro tiene aspectos que te agradan y otros que no, es cuando estas listo para decidir que harás con esa relación. Estar enamorado y amar no es lo mismo.
EL AMOR ES OTRA COSA. ES ACEPTAR AL OTRO COMO ES, SIN PRETENER CAMBIARLO. PARA LLEGAR A ESTO PRIMERO NOS TENEMOS QUE ACEPTAR A NOSOTROS MISMOS. TENEMOS QUE REALIZAR NUESTRO CAMINO HACIA EL AMOR.
MUCHAS VECES AL VER POR PRIMERA VEZ VEMOS AL OTRO TAL CUAL ES , NOS DECEPCIONAMOS, OTRAS NOS MARAVILLAMOS. ALLÍ PUEDE COMENZAR EL AMOR O DETENERSE, PERO AL MARGEN DE LO QUE SUCEDA CON EL OTRO, EL AMOR PROPIO NO PUEDE NEGOCIARSE JAMÁS.
Si lo que acabas de leer te resonó, te invito a que tomes una sesión conmigo.