Lecturas Terapéuticas

Personalidad resiliente o personalidad resistente




Personalidad resiliente o personalidad resistente


Por Lic. SIOMARA GAUNA

Descubre si tienes un predominio de personalidad resiliente o personalidad resistente. Aquí vamos a realizar un recorrido con las principales características de ambos.

¿Qué es la personalidad resiliente? ¿Qué es la personalidad resistente?

Estamos inmersos en discursos que enfatizan la fuerza en detrimento de la fragilidad, al punto de establecer que esta es un defecto y la fortaleza una virtud, cuando no una exigencia.

Frases del tipo «Lo que no te mata, te hace más fuerte» y «Tenés que ser fuerte» se escuchan a diario como un modo de alentarnos a continuar a pesar de las circunstancias. Sin embargo, hay momentos en los que es conveniente e incluso necesario, romper con las demandas de volvernos super héroes de nuestras vidas. Simplemente conectarnos con nuestras limitaciones y temores.  Ellas también son parte de nosotros, pues nos recuerdan a dónde no queremos ir, a dónde no queremos estar o bien, a dónde no queremos regresar.

Es por esto, que tenemos que desmitificar nuestra idea de ser fuertes ante todo. En principio, porque es imposible llevarlo a cabo y segundo lugar, porque el intento de ejecutarlo se vuelve insano. Solo basta pensarlo un instante para entender que no podemos sostener mucho tiempo la imposición de estar siempre de pie y no permitirnos de vez en cuando tropezar o caer. Tarde o temprano nuestro cuerpo y nuestra mente nos pasarán la factura correspondiente a tanto asedio. En este sentido, hoy abrimos el debate sobre qué concebimos respecto a: «¿qué es ser realmente fuerte?» Desde este espacio, proponemos dos caminos. Uno es transitarlo desde sus aspectos constructivos y de empoderamiento. El otro implica una exposición, una exigencia desmedida que arremete contra todo incluso contra nosotros mismos.

Al buscar en el diccionario la palabra «fuerte» nos encontramos con definiciones muy variadas. Destacamos las siguientes expresiones: robusto, firme, intenso, activo, excesivo, que goza de buena salud, que tiene fuerza, que tiene resistencia… El mismo concepto reviste tanto a lo saludable como a lo excesivo. Esto nos invita a pensar en una actitud fuerte como posibilitadora de escenarios sanos. Como contrapartida, una actitud fuerte como el reflejo de una obstinación rígida que no puede ver más allá de ella. Denominaremos Personalidad RESILIENTE a la primera y Personalidad RESISTENTE a la segunda.

Resiliencia

Según la Real Academia Española, la Resiliencia es:

Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador, o un estado, o situación adversos.

Un sujeto resiliente se define por su habilidad de reconocer sus competencias y poner a estas por encima de cualquier adversidad, lo cual manifiesta su buena autoestima. Se inquieta incesantemente por buscar novedosas maneras de disfrutar de la vida. Este tipo de características permite percibir las bondades de la vida y cuando esta se vuelve compleja, visualizarla como una oportunidad de aprendizaje.

Características de la personalidad resiliente

A las personas de personalidad resiliente se las considera optimistas porque siempre están viendo las oportunidades de crecimiento en cada situación. Todo se vuelve un reto atractivo. Su actitud frente a la vida, los cualifica como sujetos capaces de gestionar, que es muy distinto a bloquear y controlar, sus emociones. Se autoanalizan, se desafían pero no se exponen cuando las condiciones no están dadas. Enfatizan en lo que pueden hacer para conseguir sus objetivos. Y si es necesario se moldean a los acontecimientos para no desistir en el logro de una meta que tanto les importa.

Reflexivos, serenos, empáticos ponen su atención en el «para qué» y el «cómo» en lugar de acentuar el «por qué». Ellos entienden que el «por qué» responde a renegar de la situación y el «para qué» alude a lo que me permite lograr y aprender transitar esta vivencia. En cuanto al «cómo», indica qué pasos a seguir para  resolver los conflictos que le inquietan y también para alcanzar los objetivos que se han propuesto.

Resistencia

En lo que refiere a la Resistencia, según la Real Academia Española es:

Acción y efecto de resistir o resistirse.

Capacidad de resistir.

Una persona es resistente cuando no puede identificar la causa de sus problemas y se limita a culpar a los demás por las cosas que le sucede Sin hacer ningún tipo de introspección sobre su responsabilidad en los hechos. Lejos de intentar un cambio personal demanda que el cambio lo propicien los demás actores intervinientes en los acontecimientos que, según su punto de vista, tanto lo perjudican.

Características de la personalidad resistente

La impulsividad, la falta de un filtro entre sus pensamientos y acciones lo colocan en un lugar riesgoso. Los pensamientos intrusivos y negativos lo dominan y generan que su estado anímico se desplome. Esto afecta directamente su autoestima que se caracteriza por ser baja. Del mismo modo se traduce en una la falta de motivación interna y un marcado pesimismo.

Un sujeto de personalidad resistente se habitúa a vivir bajo presión, a transitar la vida cumpliendo mandatos que muchas veces no comparte pero tampoco cuestiona. Prefiere moverse en el terreno de «lo malo conocido que lo bueno por conocer». Su desconfianza lo hace alejarse de todo aquel que piense diferente. A diferencia de las personas resilientes, se encierra en su mundo. Ensimismado en sus propias necesidades y estableciendo una actitud defensiva frente a los otros.

Son marcadamente dependientes de todo, tanto de las personas, como de las situaciones. Se apegan a todo y les cuesta mucho soltar, porque se pierden así mismo cuando lo hacen. No pueden desprenderse con facilidad de nada, siempre postergan, niegan para no enfrentarse la realidad. Y cuando es la vida misma la que les da un giro inesperado, toman una actitud de reproche ante esta. Ubicándose en el lugar de víctimas, se cuestionan «por qué me pasa esto a mi».

Enfrentar la realidad vs Evadir la realidad

Una de las claves para detectar rasgos de personalidad resiliente o de personalidad resistente es observar cómo actúa ante la realidad. Si la persona tiene una tendencia a desafiar y afrontar las circunstancias que le toca transitar. O bien elude, diremos escapa de todo lo que le invite exponerse a situaciones que lo movilicen y que impliquen realizar cambios en su vida.

Recibir vs Rechazar

Los sujetos de personalidad resiliente son muy buenos receptores tanto de consejos, de oportunidades para desarrollarse, de instancias formativas. Puesto se caracterizan por su gran apertura y su espíritu aventurero. Siempre va en búsqueda de nuevas perspectivas, emociones y aprendizajes. En cambio, las personas con predominio resistente se sienten repelidos a este tipo de situaciones pues les genera incomodidad, porque lo que suelen evitarlas.

Gratificar vs Castigar

Es habitual que los resilientes expresen gratitud ante la vida, pues todo es para ellos una oportunidad. Así mismo, pueden reconocer sus logros e identificar el avance en los procesos que recorren. Ser agradecidos con las personas que lo asisten o bien, que lo mueven a salir de su zona de confort para estar en una lugar o una situación mejor. En cuanto a las personas de personalidad resistente se muestran muy duros consigo mismo y con el entorno en el que interactúan. Exigen, culpan, cuestionan cerrándose en sus posturas e ideas dogmáticas. En la misma medida, se automaltratan, teniendo serias dificultades para perdonarse.

Relajar vs Tensionar

La resiliencia va de la mano de poder descomprimir y relajar. Hay una comprensión de no poder estar en un estado de alerta permanente. Dejar fluir y confiar en que se hecho lo que estaba al alcance le permite a estas personas no permanecer estancadas en las situaciones que atraviesan. En cambio, los resistentes se cargan de preocupaciones y tensiones perpetuando cualquier tipo de malestar que pueda desarrollarse. Esta rigidez lejos de expresar fortaleza manifiesta una rudeza que expone mucho más de lo que protege.

Reelegir vs Reemplazar

Podemos pensar la resiliencia como una suerte de reelección subjetiva, donde la persona pese a las complicaciones que pueda enfrentar sigue apostando y confiando en si misma. Procura que todo lo que advenga sea motivo de autosuperación, entendiendo que a pesar que las cosas fallen aun conserva a su fiel al lado, su propio ser. En contrapartida, la resistencia podemos ubicarla como un reemplazo incesante de objetos y objetivos. El individuo es capaz de traicionarse, de negarse, con tal de no renunciar a la búsqueda intensa de una felicidad ideal, absoluta y externa. En este punto, percibimos su férrea creencia que el ser feliz se alcanza en el afuera.

Soltar vs Retener

Una personalidad resiliente entiende a la libertad y al desapego como grandes valores saludables. Las personas que se cruzan en nuestro camino tienen los mismos derechos de decidir lo que quieren tener o quitar de sus vidas. Anteponer nuestros deseos y sentimientos por sobre los de los demás es una actitud egoístas, típico de los sujetos resistentes. Soltar es crecer, también es sanar. Retener significa censurar la dinámica propia de la vida, que siempre está en un continuo cambio. Cuando suelto me libero y me abro al universo infinito de posibilidades de estar mejor. Cuando suelto, permito que lo nuevo pueda llegar.

Resolver conflictos vs Soportar conflictos

Frente a los conflictos podemos tomar dos claros y antagónicos caminos. Uno es nocivo y peligroso, el otro redime y sana. Cuando decidimos soportar un conflicto, optamos por vivir bajo su opresión. Nos condenamos a cadena perpetua por no tener el coraje de decir «esto es suficiente para mi». Elegimos vivir en medio del dolor en lugar de atravesarlo. Nadie logra sanar si persiste en eludir el dolor. Al enfrentar el dolor, nos animamos a interrogar qué hay detrás de él. Pues no hay otro modo de sanar que preguntándonos porqué nos duele, de dónde viene ese dolor, hace cuánto que nos duele… Solo cuando podemos resolver nuestros conflicto podemos sentirnos libres y empoderados.

Claridad mental vs Bloqueo mental

Los resilientes ponen en acción todos los recursos con lo que cuentan. Los que han sido heredados y los que han sido aprendidos. Con una apreciable claridad mental determinan cuál de todas sus herramientas es la más adecuada para solucionar la situación que están viviendo. En lo que respecta a los sujetos de personalidad resistente, se anulan, se abruman. Diremos se bloquean mentalmente y esto los imposibilita de poder registrar la salida aun cuando haya un cartel enorme que les indique cómo hacerlo.

Gestión de emociones vs Control de emocional

Hay una clara diferencia entre Gestionar y Controlar las emociones. En el primero hay una toma de conciencia de las emociones y una posterior canalización hacía el equilibrio y la armonía. El segundo representa un intento de dominio, muy complejo puesto que antes de convertirnos en seres pensantes somos seres emocionales. En nuestro desarrollo cerebral primero se constituye el sistema límbico y posteriormente le neocortex. Interrumpir una emoción y no indicarle un nuevo modo de expresión más saludable puede ser muy nocivo.

Respetarse uno y respetar al otro vs Reprocharse a si mismo y a los demás

La falta de amor y la falta de respeto pueden ubicarse en una misma línea. Cuando amamos, respetamos. Cuando faltamos el respeto expresamos nuestra falta de amor. Hay personas que se maltratan con la misma intensidad que lo hacen con las personas que lo rodean. En ocasiones, incluso son mucho más severos con ellos mismos. Esto implica no darse tiempo para procesar duelos, no respetar sus sentimientos e ir a la deriva de las demandas de los otros. En lugar del respeto, aparece el reproche. Porque el otro siempre pudo haber hecho las cosas mejor. Incluso uno mismo pudo haber dado una mayor esfuerzo. La lista de reproches para un resistente es inagotable. Siempre hay una buena manera de completar la frase: «y si hubiera…»

El respeto, por el contrario nos habla de ser honrados con nosotros mismos, fieles a los que pensamos, sentimos y en consecuencia congruentes con nuestras acciones. Cuando tiene esa manera de ver la vida, entiende y vive bajo esa misma premisa con los demás.

Responsabilidad propia vs Culpabilizar a los demás

Un indicador de resiliencia o resistencia es si la persona se ubica en un lugar de responsabilidad de sus propios actos. Es decir si se hace cargo de las consecuencias que se desprenden de sus acciones. O bien estipula que todo lo que acontece en su vida es el resultado de las acciones que otros ejecutan pero que lo afectan de manera directa. Los sujetos resistentes culpan a los demás por sus infortunios puesto que son víctimas de los efectos que generan las acciones de los demás. Las personas resilientes se consideran sujetos activos de cada situación en la que intervienen, ya que las provocan, aceptan, eligen y/o sostienen.

Renacer vs Retornar

El renacer es un darse a luz nuevamente. Es parirse a si mismo con el dolor y el logro que eso amerita, con un ramo de miedos en una mano y en la otra un puñado de deseos. El resiliente, junta ambas manos y decide avanzar, con miedo pero avanza. El retorno, muchas veces, eterno retorno. Es un volver al inicio, pero no como un nuevo comienzo. Sino por el contrario, como una recurrente forma de evitar ir hacia adelante y retornar una vieja y desgastada forma de vivir que tiene un alto costo. El resistente resigna sus deseos y pone por encima sus miedos. Por eso regresa, porque considera que allí va a estar seguro. Enfatiza su comodidad por encima de su independencia.

Resignificar vs Remover

Finalmente diremos que en nuestro afán por encontrarnos a nosotros mismo podemos trazar un sendero elíptico. Dicho sendero va desde nuestro presente hacia nuestro pasado, cavando, removiendo nuestra historia, tocando donde duele simplemente por volver a sentir dolor. O bien, dibujar una elipse que dirigida hasta lo más profundo de nuestro ser. En este caso, poder reconocer nuestros momentos más difíciles, tomar registro de lo que esas experiencias sembraron en nuestro ser y desde ahí continuar. Dicho continuar, está enriquecido con el cultivo de nuestros aprendizajes. Ya que hemos podido voltear para vernos y en dicho movimiento hemos logrado revalorizar nuestras vivencias, resignificar nuestra historia y darle un nuevo sentido a nuestra existencia.

Hicimos un recorrido minucioso por la personalidad resiliente y por la personalidad resistente ¿Lograste detectar si tienes una personalidad resiliente o personalidad resistente?

Si lo que acabas de leer te resonó, te invito a que tomes una sesión conmigo.



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